“El miedo es la mercancía más valiosa del universo. Encended la televisión. ¿Qué veis?
¿Gente vendiendo productos? NO.
Gente vendiendo el miedo que tenéis de vivir sin sus productos.
El miedo vende”
Max Brooks
MIEDO.
El miedo es una emoción básica y universal. Todos hemos sentido miedo muchas veces. Cualquier elemento que nos dificulte nuestra vida o nos lleve a lo desconocido hace que se active la alerta en nuestro cerebro.
Aún recuerdo cuando unos 7 u 8 individuos increpaban a mi padre para propinarle una paliza, o cuando todos mis amigos saltaron al agua desde un acantilado de más de 20 metros y el miedo invadía todo mi ser, o cuando creía que no aprobaba una asignatura en la universidad y quizá perdía mi beca que necesitaba para seguir estudiando.
Qué malos momentos. El miedo es algo que la gente no quiere sentir, no quiere experimentar. Y sí, es necesario para la supervivencia, pero mejor sólo en momentos de extrema necesidad.
El amor y el miedo son las fuerzas primarias que motivan al ser humano, por tanto, son las armas más poderosas.
El miedo provoca que entremos en estado de alerta, provocando que nuestro cuerpo tome la acción necesaria para salir de ese miedo. Las principales características del miedo son sus efectos paralizantes, la frustración, la ansiedad, la inseguridad y el temor.
Cuando sentimos miedo siempre es por algo que lo provoca —una persona, una idea, un trabajo, un animal, etc. —. Ese estado de miedo lleva a la persona a atajar esa sensación de DOS MANERAS posibles:
- Confrontación
- Sumisión
¿Y si te digo que los poderes nos generan miedo para controlarnos?
Desgraciadamente, así es. El poder —gobiernos, poderes económicos, medios de comunicación, etc. —introduce a la población en estados de miedo para luego poder controlarlos.
Volviendo a los dos modos en los que las personas reaccionan a esa sensación, el poder genera ese miedo para:
- Confrontación.
Se hace uso de dos rivales —ficticios o exagerados—para llevar a la gente a posicionarse en un bando y “luchar” contra el otro. Este método se sirve de etiquetas para provocar que las personas se centren en más en lo que les diferencia que en lo que les une, y que los ciudadanos se preocupen más de la confrontación que de los temas realmente importantes.
Ejemplos: izquierda vs derecha, EEUU vs Rusia, España vs Cataluña.
- Sumisión.
Se presenta y exagera una amenaza, un enemigo, a la población—terroristas, refugiados, narcotraficantes, virus pandémico, etc. —. Ante esta amenaza, la población se somete al Estado, aún a costa de perder libertades y derechos, para que el Estado les “salve” y les dé seguridad. Así es como los gobiernos consiguen introducir medidas impopulares que sin ese miedo serían imposibles de aceptar por parte del pueblo.
Ejemplos: coronavirus (cuarentena y pérdida de derechos), terrorismo en EEUU (vigilancia y pérdida de privacidad).
Los poderosos saben que el miedo es una fuerza universal paralizadora y lo introducen en la población de forma tremendamente astuta.
Utilizan técnicas cada vez más sofisticadas que atacan directamente al subconsciente de la persona. Se crean falsos pluralismos, se crean relatos de buenos y malos, se agigantan amenazas que en realidad no lo son tanto. Todo aquello necesario para mantener el equilibrio del temor.
Muchas personas creen que esta doctrina del miedo sólo tiene efecto en ciertas sociedades como las de los países subdesarrollados. Otros creen que sólo pueden engañar mediante el miedo a la población más ignorante, creyendo que los ciudadanos representantes de las naciones “civilizadas”, tendrían una mayor capacidad de crítica y respuesta ante ello. Pero están equivocados. Todos estamos condicionados en mayor o menor medida.
El discurso del miedo es peligroso y difícil de combatir. Es complicado porque entra en acción muy rápido, aparece de forma subconsciente y porque dificulta o ralentiza el uso de la razón.
No voy a engañarte, combatirlo no es una tarea fácil. El control de las emociones es un área compleja de medir y de modificar.
EL PRIMER PASO YA LO HAS DADO.
EL PRIMER PASO ES SER CONSCIENTE DE ESTE USO DEL MIEDO.
Y este paso ya lo has dado. Leyendo estas líneas ya habrás comenzado a darte cuenta de la situación y a interiorizar los conceptos.
Al ser consciente de ello permites que tu mente consciente se anticipe a la situación. Si te has quedado con ganas de saber más y quieres indagar más en las técnicas que emplean para atemorizarnos, dividirnos o condicionarnos, “Armas de distracción masiva” es tu libro.
No tengas miedo, cómpralo ya.
Y te aseguro que después de leer el libro, no volverás a ser la misma persona.