Nos guste o no, vivimos en la era de la infoxicación.
Según un estudio de 2012 de la Universidad de San Diego, las personas se inundan todos los días con una cantidad equivalente a 34 GB (gigabytes) de información. Y eso era en 2012. Diez años después quizás sea el doble. Por eso, según algunos expertos, recibimos más información en un día que la que recibieron nuestros abuelos en la mitad de su vida.
Es un dato tremendo. La infoxicación es la enfermedad de la sociedad digital del siglo XXI.
Como todo en la vida, esta exposición a la información tiene sus aspectos positivos y negativos.
Durante siglos las personas anhelaban conocer la información, pues era un bien privilegiado y se asociaba más información a más libertad.
Pero, en los tiempos actuales, ¿tener más información nos permite ser más libres o, por el contrario, estamos más manipulados, condicionados y mediatizados?
Estamos todo el día recibiendo información en nuestro cerebro. Nos despertamos por la mañana y leemos las notificaciones del móvil. Encendemos la televisión y nos bombardean a anuncios y noticias cortas. Leemos en las redes sociales cantidad de publicaciones, vídeos, tuits y todo tipo de contenido. Ponemos la radio y nos inundan de datos. Ponemos YouTube y vemos 5 vídeos con un montón de información. Y así constantemente.
Es fácil pasar horas de un lado a otro. Podemos pasar fácilmente de estar investigando información sobre una receta a leer una noticia sobre un robo en el otro lado del mundo.
¿Resultado? Recibimos un volumen de información que no somos capaces de procesar y analizar.
Al final, más es menos.
El exceso es más perjudicial que beneficioso.
En la antigüedad tener poder significaba tener acceso a datos, a la información y el conocimiento.
Hoy en día, con la brutal cantidad de información, desinformación y distracciones que existen…
EL VERDADERO PODER CONSISTE EN SABER OBVIAR LA INFORMACIÓN FALSA E IRRELEVANTE Y CENTRARSE EN LA REAL E IMPORTANTE.
Y tú, ¿estás infoxicado?